DENTRO DE CONTEXTO (Al hilo del «caso Zapata»)

DENTRO DE CONTEXTO (Al hilo del «caso Zapata»)

DENTRO DE CONTEXTO 

Guillermo Zapata es autor de nuestra editorial. Lo primero que hay que decir, al respecto de la polémica actual, es que se trata de una persona absolutamente contraria a cualquier forma de racismo, antisemitismo y violencia. Sin ninguna posibilidad de duda. ¿Cómo es posible entonces que haya escrito unos tuits con un contenido tan agresivo y desgarrador?images (1)

Para responder a esta pregunta es ineludible remontarse al contexto en el que fueron escritos: casi todos los comentarios denunciados provienen de un debate de hace 4 años en twitter sobre los límites del humor, en el que nuestro autor recogía chistes de uso común completamente desafortunados por su crueldad (este es el motivo de que aparezcan entrecomillados). El hecho de que esos tuits se aireen ahora como si fueran ideas propias constituye una clara manipulación (y que se haga de manera simultánea a su nombramiento como concejal del Ayuntamiento de Madrid invita a oscuras interpretaciones).

Wittgenstein, en la segunda etapa de su obra, nos enseñó que el significado de una palabra o una frase es su uso. Por tanto, es ineludible remitirse al contexto de donde brotan. El malentendido se plantea cuando se aplica en un contexto distinto al que fue pensado. Si alguien dice “es un buen tirador porque abatió  a veinte personas” no lo está necesariamente ponderando como persona. Tampoco el médico que habla de un “buen resfriado” está haciendo una apología de la enfermedad. Una expresión puede ser insultante o cariñosa en función del juego lingüístico en que se use. En ciertos contextos lingüísticos el “insulto” tiene incluso un carácter elogioso.

Precisamente Guillermo Zapata ha publicado con nosotros en la colección pulp Memento Mori. La literatura pulp aborda emociones simples fuertemente expresadas en un lenguaje sencillo, directo y muchas veces obsceno y repulsivo (constituye de hecho un precedente del cine gore). Consideramos que también es un contexto que debe ser tenido en cuenta.

Decía Raoul Vaneigem en su obra Nada es sagrado, todo se puede decir que “no hay un uso bueno y malo de la libertad de expresión, sólo un uso insuficiente”. Por eso la reacción más sana probablemente haya sido la de Irene Villa, la “chica explosiva”, mostrándonos una vez más que la burla ha de empezar por uno mismo.

No obstante, desde Editorial Alegoría queremos dejar claro que entendemos que hay límites en el ejercicio del humor cuando recae directamente sobre personas y no sobre creencias u opiniones. Por supuesto, el respeto (mucho más tratándose de víctimas de una violencia cruel), pero también el buen gusto y la gracia. Ahora bien, en este ámbito es preferible siempre la autorregulación a una intervención punitiva, que puede crear más problemas que resuelve.

Es cierto también que desde el mismo momento que ha sido nombrado concejal de cultura todo lo que haga y diga adquiere una proyección especial: ha de exigírsele máxima ejemplaridad sin dejar ningún margen al equívoco en temas especialmente sensibles. De ahí que haya cerrado su anterior cuenta en twitter y expresado sus disculpas. No sabemos si es o no suficiente, pero más no puede hacer. Desde nuestra modesta atalaya, nos causa sorpresa que hayan tantos políticos activos con tropelías presentes y alguien quede inhabilitado -¿para siempre?- por algo que dijo hace cuatro años. Como mínimo, parece desproporcionado.

En cualquier caso, a nosotros lo que nos importa de verdad es que siga escribiendo, pues la escritura es un mundo para el que está maravillosamente dotado; en él, además, puede burlarse no solo de los “malos” oficiales, sino también de quienes se tienen por edificantemente buenos con la complicidad de los expertos en escandalizarse.